Cibercrisis y salud mental: lo que aprendí en medio del caos

Cualquier persona que haya vivido una crisis tecnológica sabe que no basta con contener el incidente.
También hay que contener la ansiedad, la presión de decidir rápido, la incertidumbre… y el agotamiento cognitivo.

Lo viví de cerca, en 2018, trabajando en la recepción de una empresa de telecomunicaciones en Argentina. Bastaba una caída del sistema —frecuente por aquellos días— para que el caos estallara.
Treinta minutos sin servicio y ya había una fila de clientes furiosos que salía por la puerta. Hoy puede parecer exagerado, pero en ese momento, nadie estaba preparado emocionalmente para gestionar frustraciones digitales (y, seamos sinceros, todavía nos cuesta).

Estábamos en el frente de batalla: tablet en mano, cartel de “Sin sistema” y filas interminables frente a nosotros. Las jefaturas se contradecían, el malestar crecía… y siempre había alguien que estallaba en gritos, contagiando a los demás. El caos no era la excepción, era la norma.

Una mirada psicológica al estrés en contextos tecnológicos

Desde la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), sabemos que ante situaciones de alta tensión no solo actuamos: también pensamos y sentimos… muchas veces de forma automática y desadaptativa.

Algunos patrones mentales típicos en crisis:

  • 🔻 Catastrofismo: “Esto arruina todo”, “No llego al bono, no llego al sueldo”.
  • 🔁 Sobregeneralización: “Siempre pasa lo mismo”, “Nunca estamos preparados”.
  • 👓 Filtro negativo: Enfocarse solo en lo que sale mal, ignorando todo lo que sí funciona.

Estos patrones bloquean la toma de decisiones y fomentan conductas como evasión, parálisis o reacciones impulsivas que agravan la situación.

¿Qué pasa en el cerebro durante una crisis?

Cuando enfrentamos una cibercrisis, el sistema nervioso simpático se activa: liberamos cortisol, la hormona del estrés. Esto, a corto plazo, puede ser útil. Pero una exposición prolongada deteriora funciones clave como:

  • La toma de decisiones racionales
  • El control de impulsos
  • La atención sostenida

Las áreas más afectadas:

  • Corteza prefrontal: Responsable del pensamiento lógico. Se inhibe, y nuestra claridad se ve comprometida.
  • Amígdala: Se hiperactiva, generando respuestas emocionales intensas y desproporcionadas.

Por eso, comprender lo que pasa en tu cuerpo y en tu mente durante una crisis puede marcar la diferencia. No alcanza con entrenar solo en lo técnico: hace falta fortalecer también la dimensión psicológica.


¿Qué aporta la TCC en la gestión de crisis cibernéticas?

Aunque parezcan mundos diferentes, la psicología y la ciberseguridad comparten un terreno común: las crisis.
La TCC ofrece herramientas concretas para fortalecer al equipo humano, reducir errores y mantener el foco.

Estas son algunas estrategias clave:

🧠 Reestructuración cognitiva

Entrenar a los equipos para detectar y reemplazar pensamientos disfuncionales por otros más funcionales.
En vez de pensar “Esto se descontroló”, activar:
“Tenemos un plan. Y cada minuto cuenta.”

⚖️ Tolerancia a la incertidumbre

Decidir sin tener toda la información no es suerte: es una habilidad entrenable. La TCC enseña a actuar con seguridad incluso en la ambigüedad.

🌬️ Regulación emocional y respiración consciente

No es espiritualidad: es neurofisiología. Activar el sistema parasimpático con respiraciones profundas ayuda a recuperar el control y reducir errores.
Pausas estructuradas de 3 a 5 minutos pueden cambiar el curso de una respuesta a incidentes.

⏸️ Técnicas STOP

El método STOP (Stop, Take a breath, Observe, Proceed) permite frenar la impulsividad, tomar perspectiva y actuar con claridad.
Una herramienta simple, pero muy poderosa en situaciones críticas.


El equipo humano como infraestructura crítica

Podés tener la mejor red… pero si el equipo que la gestiona se desborda, todo se vuelve frágil.

ENISA ya advierte que la resiliencia organizacional no depende solo de lo técnico, sino también de lo humano.
Sin embargo, pocas veces se habla de la resiliencia psicológica como una medida concreta de preparación.

Un equipo entrenado emocionalmente:

  • Toma mejores decisiones
  • Se recupera más rápido
  • Sostiene el foco bajo presión

La verdadera ciberresiliencia está en las personas

No está solo en los firewalls ni en los servidores.
Está en las personas que los sostienen.

Invertir en bienestar psicológico en entornos tecnológicos no es un lujo: es parte de la infraestructura crítica.

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