
La inteligencia artificial (IA) se presenta como objetiva y neutral. Sin embargo, los algoritmos aprenden de datos creados por humanos, y esos datos reflejan prejuicios, desigualdades y errores de percepción. El resultado: sistemas que pueden amplificar sesgos en lugar de corregirlos. Comprender estos sesgos no es solo un tema técnico: es una cuestión ética y […]
La Inteligencia Artificial ha avanzado, ofreciendo apoyo emocional, pero no puede reemplazar la profundidad de la terapia humana. Su capacidad de empatía es limitada y carece de la intuición necesaria para situaciones complejas, subrayando la importancia del acompañamiento psicológico genuino.
La terapia asistida por IA está transformando el apoyo emocional, ofreciendo accesibilidad inmediata. Sin embargo, nunca podrá reemplazar la empatía y conexión humana esenciales para la verdadera sanación.
Vivimos en una era de avances tecnológicos, donde la inteligencia artificial transforma nuestras vidas. Sin embargo, surgen desafíos éticos como sesgos algorítmicos, privacidad, responsabilidad, desempleo y desinformación. Para un futuro ético, se propone transparencia, regulaciones de privacidad, responsabilidad legal y educación. Es crucial que desarrolladores, gobiernos y sociedad trabajen juntos para abordar estos desafíos.