Impactos del tiempo de pantalla en la Salud Mental

En este artículo, exploraremos cómo el uso excesivo de tecnología puede llevar a trastornos como la ansiedad y la depresión. Discutiremos estudios recientes y aplicaremos conceptos de la terapia cognitivo-conductual para ofrecer estrategias efectivas de manejo del tiempo frente a pantalla, con el fin de preservar y mejorar el bienestar emocional.

En la era digital, donde la tecnología permea cada aspecto de nuestras vidas, es vital entender su impacto en nuestra salud mental.

Conexión Ininterrumpida y salud mental

La tecnología ha borrado las fronteras entre trabajo y hogar, entre relaciones personales y redes sociales. Mientras disfrutamos de los beneficios de esta conectividad, como el acceso inmediato a información y la facilidad de comunicación, no podemos ignorar su precio psicológico. Estudios recientes indican que el uso excesivo de pantallas está correlacionado con niveles elevados de estrés, ansiedad y síntomas depresivos, especialmente en jóvenes. (Si deseas profundizar en cómo la tecnología afecta específicamente a las redes neuronales y la neuroplasticidad, te recomiendo leer «Neuroplasticidad y Tecnología: Cómo la Exposición Digital Moldea Nuestro Cerebro»).

El Papel de la Terapia Cognitivo-Conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) ofrece herramientas valiosas para enfrentar los desafíos psicológicos derivados del uso excesivo de la tecnología. Esta modalidad terapéutica nos enseña a identificar y modificar pensamientos negativos, creencias y comportamientos que pueden surgir de nuestras interacciones digitales. Por ejemplo, aprender a cuestionar la «necesidad» de estar siempre conectados o la dependencia de la validación social a través de las redes puede ser un primer paso crucial.

¿Has sido consciente del impulso que surge de agarrar el celular, cuando recién hace unos instantes lo acababas de dejar? ¿O cada vez que miras la hora, inevitablemente chequeas las notificaciones?

¿Has notado que te sientas en la pc, y pasan horas como si nada? Y no estamos para definir desde la moral si algo es correcto o no, la idea es ir mas alla, preguntarnos que nos pasa, a nosotros, a nuestro cerebro, al cuerpo, cuando se relaciona con la tecnología.

Estrategias prácticas para reducir el impacto tecnológico

1. Establecimiento de límites: Definir horarios específicos durante los cuales se utilizan dispositivos puede ayudar a mitigar el estrés. El objetivo es crear un balance entre la vida digital y la vida fuera de pantalla, permitiendo tiempo para actividades que no incluyan dispositivos electrónicos.
2. Tecnología consciente: Ser consciente de cómo y por qué usamos la tecnología puede disminuir su impacto negativo. Esto incluye revisar nuestras motivaciones para usar dispositivos y redes sociales, y ser críticos con el contenido que consumimos.
3. Mindfulness y desconexión: La práctica de mindfulness puede ser particularmente útil para gestionar el consumo de tecnología. Dedicar momentos del día para desconectar completamente y practicar la atención plena mejora nuestro bienestar emocional y reduce la ansiedad.
4. Uso de aplicaciones de apoyo: Existen aplicaciones diseñadas para promover hábitos saludables de uso de dispositivos, desde monitorear el tiempo de pantalla hasta bloquear el acceso a aplicaciones durante ciertos períodos del día. Estas herramientas pueden ser aliados útiles en la gestión de nuestra salud mental.

Estas son algunas de las formas en las que podemos paliar el consumo, asi mismo, confiar en un profesional de la salud mental y armar un plan de uso con disciplina y conciencia, pueden ser las líneas que separen el consumo de pantallas aceptable al del enganche desproporcionado.

Bibliografia consultada: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=265038752006