Cada decisión que tomás, cada hábito que repetís, cada reacción automática… no surge de la nada. Está moldeada por fuerzas invisibles que operan en segundo plano.
La ciencia del comportamiento se dedica justamente a entender ese “detrás de escena” mental:
¿Por qué actuamos como actuamos? ¿Cómo aprendemos, decidimos, nos equivocamos… y crecemos?
Hoy quiero presentarte a tres figuras fundamentales que nos ayudan a responder esas preguntas:
B.F. Skinner, Daniel Kahneman y Albert Bandura.
Tres enfoques distintos, una misma intención: ayudarnos a entender lo que nos mueve.
B.F. Skinner: el poder del refuerzo
Skinner es sinónimo de conductismo radical. Su enfoque fue claro: nuestras conductas están determinadas por sus consecuencias.
¿Hacés algo y te va bien? Lo repetís. ¿Te va mal? Lo evitás. Simple, pero potente.
“Nuestra vida es un juego de estímulos y respuestas.”
Para Skinner, la idea de libre albedrío era más ilusión que realidad.
Mucho de lo que hacemos responde a mecanismos automáticos de refuerzos positivos o negativos.
¿Te comiste un chocolate, te sentiste bien y lo repetiste al día siguiente? Skinner lo explica.
Aunque hoy sabemos que no todo es tan mecánico, su legado sigue vigente en muchas terapias y modelos educativos.
Daniel Kahneman: tus decisiones no son tan racionales
Si Skinner explicaba cómo actuamos, Kahneman (junto a Amos Tversky) se metió en cómo pensamos.
Y sus descubrimientos fueron reveladores:
Tomamos decisiones irracionales todo el tiempo… sin darnos cuenta.
Uno de sus conceptos más conocidos es el del sesgo de confirmación: esa tendencia a buscar solo la información que valida lo que ya creemos.
¿Pensás que sos lógico? Pensalo otra vez.
Kahneman propuso dos sistemas mentales:
- Sistema 1: rápido, emocional, instintivo.
- Sistema 2: lento, analítico, racional.
Spoiler: el que usamos la mayoría del tiempo es el primero.
Y eso explica muchas decisiones impulsivas, errores de juicio o creencias que sostenemos… incluso cuando no tienen sustento.
Albert Bandura: aprendemos observando (y creyendo en nosotros)
A diferencia de Skinner y Kahneman, Bandura le puso una dosis de humanidad al comportamiento.
Él entendió que no solo actuamos por refuerzo ni por errores mentales: también aprendemos observando.
Es el creador de la teoría del aprendizaje social, que afirma que gran parte de lo que hacemos viene de lo que vemos en otros.
No solo imitamos, sino que analizamos, reflexionamos y luego decidimos.
También introdujo un concepto clave: la autoeficacia.
“Si creés que podés lograr algo, tenés muchas más probabilidades de hacerlo.”
La autoeficacia influye en nuestra motivación, nuestra perseverancia y hasta en cómo enfrentamos las dificultades.
Es lo que marca la diferencia entre quedarse paralizado o tomar la iniciativa.
¿Qué nos enseñan las ciencias del comportamiento?
Nos ofrecen una lente para mirar hacia adentro. Para entender de dónde vienen nuestros hábitos, decisiones, miedos y reacciones.
- Skinner nos diría que estamos atrapados en ciclos de refuerzo.
- Kahneman nos avisaría que no somos tan racionales como creemos.
- Bandura nos recordaría que podemos cambiar, si nos lo proponemos y tenemos modelos positivos alrededor.
En Código Calma, exploramos estas ideas no solo para entendernos, sino para vivir con más conciencia.
La psicología es una ciencia del comportamiento, y desde ahí trabajamos para ayudarte a equilibrar mente, emociones y tecnología.
¿Con cuál de estas miradas conectás más?
¿Te ves como alguien influenciado por sus hábitos, por sus sesgos… o por su entorno?
Hasta la próxima. Seguimos compartiendo ideas que transforman.

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